jueves, 1 de marzo de 2018

Viaje a Santoña 5

Al llegar al convento de Montehano, se había levantado una brisilla fresca y ligeramente desagradable. Aún así nos asomamos a ver que veíamos. Vimos lavandera cascadeña, zampullín cuellinegro, somormujo lavanco, archibebe común y algún archibebe claro.

Archibebe claro (Tringa nebularia). Foto: Eduardo Ramírez.
Arrimados al murete del convento, ligeramente aguardados del viento, aprovechamos para comer tranquilamente.

Parada a comer. Foto: Eduardo Ramírez.
Una vez comidos, nos dirigimos hacia la localidad de Colindres. En un pequeño polideportivo de hierba, descansaban algunas gaviotas patiamarillas y sombrías, además de estorninos negros y pintos. También se dejaron ver algún colirrojo tizón y un par de cornejas. Al bordear llegamos a un paseo que transcurre por la orilla de la ría. Se produce una buena espantada de las gaviotas y otras limícolas y en el cielo descubrimos la silueta de un gavilán. En la vegetación del paseo, algún carbonero, petirrojos y varios jilgueros.

Jilguero (Carduelis carduelis)
A lo lejos, en las barras de arena y pedregosas que se quedan al descubierto cuando baja la marea, descubrimos un montón de limícolas. Además de los habituales zarapitos trinadores y reales y los archibebes claros y comunes, vemos un vuelvepiedras, una treintena de ostreros, dos correlimos gordo y varios centenares de correlimos común.

Correlimos común (Calidris alpina)
Abundan en la zona los guapísimos silbones europeos, y tenemos la oportunidad de ver el dimorfismo sexual entre machos y hembras.

Silbón europeo (Anas penelope)
En las orillas más cercanas se mueven una veintena de chorlitejo grande y se muestran confiados varios chorlitos grises. Después de este atracón, decidimos movernos hacia el puntal de Laredo.

Chorlito gris (Pluvialis squatarola)
Allí, el viento es más intenso. Damos una pequeña vuelta y logramos ver un colimbo chico. Tomamos un cafecito para entrar en calor y nos acercamos al puerto deportivo, donde vemos un martín pescador y varios cormoranes. Empieza a atardecer y regresamos a casita. Como broche final a un gran día, una lechuza se nos cruza por delante, ya en la localidad de El Castillo, donde estamos alojados.

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