lunes, 26 de febrero de 2018

Viaje a Santoña 4

Después de desayunar, fuimos hacia la marisma de Bengoa, al final del polígono de Santoña. Nada más aparcar, muy cerca de la orilla, nos encontramos a un confiado colimbo grande. Reproductor en las zonas lacustres de la taiga y en la tundra, cuando acaban ese periodo viajan hacia el sur, ocupando las costas inglesas y francesas y llegando a nuestras costas durante el invierno, periodo durante el cual es escaso pero regular en el litoral cantábrico y gallego y, ocasionalmente, frente a Huelva y Cádiz. En la costa mediterránea aparece irregularmente. De lejos podría confundirse con un cormorán, pero de cerca destacan su pico grueso y robusto y su frente empinada. Nos hizo disfrutar de lo lindo con su confianza y sus elegantes zambullidas.

Colimbo grande (Gavia immer). Foto: Enrique Pérez
Ya en las marismas, encontramos varios porrones comunes y unos cuantos individuos de gaviota cabecinegra.

Gaviota cabecinegra (Larus melanocephalus)
Había también algunos zampullines comunes, garceta común, garza real, un par de espátulas, cormoranes grandes y un buen número de cercetas comunes y ánades rabudos.

Rabudos y cercetas
No faltaban algunos ánades reales, algunas fochas y unos cuantos patos cuchara.

Cucharas (Anas clypeata)
Posado en un arbolillo descubrimos al martín pescador, que hizo varios picados sobre el agua para inmediatamente desaparecer de nuestra vista.
Más allá del observatorio, había unas 15 espátulas, y en las orillas se movían algunos zarapitos reales y trinadores y un grupito de 12 agujas colinegras.

Aguja colinegra (Limosa limosa)

Nos quedaban muchos lugares por explorar y la hora de comer se aproximaba, así que decidimos volver, con la suerte de que el colimbo seguía en la misma zona y lo volvimos a disfrutar de nuevo.

Colimbo grande (Gavia immer). Foto: Enrique Pérez

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