sábado, 20 de septiembre de 2014

Correlimos de Temminck en embalse de Santillana.

El pasado 17 de septiembre recibimos la noticia por parte de Alfredo Hilario Ortega Morejón de que había un Correlimos de Temminck en el embalse de Santillana, en Manzanares el Real (Madrid).
Como la cita merecía la pena, cuando pudimos, el viernes 19 nos pasamos a ver si había suerte. Y la hubo. Allí estaba junto a un grupo de chorlitejo grande, chorlitejo chico y algún andarríos chico.


De lejos se podría confundir con un andarríos chico. Pero con paciencia y cierta experiencia se pueden diferenciar fácilmente. En primer lugar por el tamaño. Un correlimos de Temminck es como la mitad. Es del tamaño de un correlimos menudo.
Tuvimos la suerte de que en las cercanías también había un correlimos menudo, por lo que también pudimos comparar. Mientras la forma de alimentarse del menudo es mediante movimientos y picoteos rápidos a un lado y a otro, el de Temminck se alimenta con un movimiento gateante, con las patas flexionadas y recogiendo comida más lentamente.


En el aspecto físico, es determinante el color de las patas cuando no están embarradas. Pardoamarillentas en el de Temminck y negras en el menudo. En la foto siguiente se puede apreciar.


Tiene el cuerpo más largo, las patas más cortas y el pico más fino y ligeramente curvado.


Cría en la Taiga y en la tundra del norte de europa. Tiene una de sus vías de migración hacia África por el centro peninsular, eso sí, el número de migrantes por la península ibérica es muy pequeño.


Según los anuarios ornitológicos de la comunidad de Madrid, que se comenzaron a editar en el año 1996 y hasta el 2008 que fué el último, sólo hay 4 citas:

-La primera cita de 1 jov. el 7 de mayo de 2001 en el arroyo Tejada de Colmenar Viejo (G. González Martín.
-1 ejem. el 1 de mayo de 2005 en el embalse de Santillana, en Manzanares el Real, en la zona de la depuradora. (G. Martín García y J. M. Ruiz).
-2 adultos en plumaje nupcial el 7 de mayo en la gravera Soto Mozanaque, Algete (J. M. Ruiz)
-1 ejem. el 27 de abril de 2007 en las graveras de El Porcal, en Rivas Vaciamadrid (J. Marchamalo/SEO Montícola)

La creciente aficción a la observación de aves y los trabajos de seguimiento que se hacen en los embalses, han hecho que desde el 2009 haya alguna cita más, pero pocas eso sí. Nosotros mismos teníamos una cita de 1 ind. el 1 de mayo de 2012 en el embalse de Guadalix de la Sierra. En el siguiente enlace se puede ver la reseña. http://anapri-asociacionnaturalistaprimilla.blogspot.com.es/search/label/Correlimos%20de%20Temminck

Además este día hemos disfrutado de nuevo de un águila pescadora cogiendo un gran pez, 1 garza imperial, 1 garceta grande, 29 tarro canelo, 1 martín pescador, muchos mosquiteros musicales, papamoscas cerrojillo, algún papmoscas gris, colirrojo real y 3 aguilillas calzadas, una de ellas de morfo oscuro.

martes, 9 de septiembre de 2014

Interesantes datos de chovas piquirrojas anilladas

El 11 de octubre del pasado año 2013, tuvimos la suerte de poder leer 3 anillas de chova piquirroja en la dehesa de Navalvillar, Colmenar Viejo (Madrid). Se encontraban alimentándose en un grupo de 132 individuos.


11 meses después nos llegan interesantísimas noticias de sus anillamientos. Sabemos que fueron anilladas por un equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) en el marco de un proyecto de investigación sobre la conservación de la Chova piquirroja.
Los tres anillamientos se produjeron en la temporada reproductora de 2013. Los tres eran pollos del año y se encontraban en su periodo de dispersión juvenil cuando los observamos.


Dos de ellos eran hermanos y fueron anillados el 14 de mayo de 2013 en un nido de la iglesia de San Millán, en Segovia. Fueron observados en los meses de junio, julio y agosto en la iglesia El Salvador y en la catedral de Segovia.
El tercer individuo observado fue anillado el 22 de Abril de 2013 en un nido en un transformador de Getafe. Tiene una observación posterior en La Carrascosa, en San Martín de la Vega. Curioso que coincidieran en el mismo grupo viniendo unas del norte y otra del sur.


Aquí se demuestra la utilidad del anillamiento científico de aves. Cuantas cosas nos quedan por descubrir.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Migración. Embalse de Santillana

Sabiendo que en Septiembre estamos con la migración a tope, nos hemos acercado al embalse de Santillana en Manzanares el Real (Madrid). Como siempre, no nos ha defraudado. Al irnos acercando, desde un fresno nos sale un milano real y a lo lejos miles de gaviotas reidoras y sombrías se desperezan en la orilla del embalse. En las praderas muchas lavanderas boyeras y en los árboles papamoscas cerrojillos y muchos más mosquiteros musicales. Están por todas partes.
Haciendo un barrido por las orillas, encontramos muchos andarríos chico, un par de andarríos grande y bastantes chorlitejos chico. Menos abundantes por estas tierras, descubrimos dos correlimos menudos, un archibebe común y un joven de combatiente.




Combatiente

También disfrutamos con los movimientos de pesca de un par de garcetas comunes. Algunas garzas reales descansaban, mientras cercetas comunes, frisos, cucharas y ánades reales se alimentaban en las orillas.
Observamos varios somormujos lavanco. Una pareja realizando movimientos tipo cortejo y otra pareja alimentando a un pollo. Además un total de 21 tarro canelo, bastante comunes en este embalse.
Como siempre, también pudimos disfrutar del ir y venir del Martín pescador.


Cornejas y grajillas andaban por las orillas. Una garza imperial y una garceta grande completaron los avistamientos de ardeidas. Un papamoscas gris, una collalba gris y dos tarabillas norteñas engrosaron la lista de pajarillos migradores en la zona. En cuanto a rapaces, además de los milanos reales, uno de ellos intentó llevarse en vuelo una gaviota sombría muerta, posándose a los pocos metros para comérsela en el suelo, nos acompañaron un grupo familiar de 4-5 aguililla calzada que reclamaban desde diferentes posaderos. Alguna vez observamos una pareja haciendo piruetas en el cielo, una de ellas de morfo oscuro. Y cuando ya nos ibamos, sorpresa. Descubrimos en vuelo un águila pescadora. Tenía hambre y quería desayunar. Delante de nosotros se puso a pescar. En total siete intentos. Cinco metiéndose en el agua para capturar un pez y dos picados abortados a pocos centímetros del agua. La dejamos en la lejanía, posada en una roca de la orilla del embalse, cogiéndo fuerzas para terminar en unos días su viaje migratorio.


Como siempre, los embalses no defraudan.